En su columna de Medios y Política, el lic. Santiago Marino (UBA), horas después de conmemorarse el Día del Periodista analizó los cambios que puede traer la nueva ley de servicios audiovisuales a los profesionales de la comunicación.
"En caso de que este proyecto se convierta en Ley no estaríamos hablando de la pancea de la democracia en las comunicaciones en Argentina. La ley no cambia todo el sistema", aclaró de entrada y agregó que "por eso es necesario conocer el contexto en el cual se va a insertar para luego pensar que sería lo bueno que le generaría a la figura profesional del periodista".
Para Marino, "en la actualidad el periodismo tiene una disputa interesante, está atravesando una discusión acerca de si es un oficio o una profesión y esto impone una discusión a posteriori que es si solo los periodistas profesionales pueden acceder a los medios o si eso afecta la libertad de expresión. Es una discusión que todavía no está saldada".
"Además de eso, hoy la figura del periodista y su acción dentro de los medios ha sido reducida a ser un engranaje más del sistema o como primeras espadas de las empresas. Me refiero claramente a los medios privados comerciales, donde por ejemplo la desaparición de las firmas está generando la ausencia de la figura del periodista salvo 'las grandes firmas', sobre todo en los medios gráficos, por ejemplo Morales Solá por un lado y Mario Wainfeld por otro, lo mismo podemos trasladar a los audiovisuales".
Es en esta escena social donde los medios privados, comerciales y concentrados son el centro de la sociedad mediatizada donde se juega el derecho de la libertad de expresión e información.
El columnista afirmó que para adentro de los medios, las mejoras que esta ley en este marco le generaría a los periodistas sería la tendencia a regular la actividad "desde un aspecto clave que al evitar la concentración se limitaría la posibilidad de que el periodista sea contratado por una empresa y funcionando en varios medios, se tienda a cierta precarización. Tal vez no en las condiciones laborales, pueden tener un contrato o relación de dependencia, pero sí sus producciones son usadas en distintas plataformas, entonces pierde la independencia de que aquello que escribe o que produce para un audiovisual sea usado para distintos medios".
"La ley busca generar condiciones que optimicen el accionar del periodista, por ejemplo con los límites de producción propia que le impondría a cada medio. Conocemos que no van a poder exitir estas transmiciones en red que ustedes en Bahía ven cotidianamente con sus canales de televisión abierta retransmitiendo el total de la programación de la ciudad de Buenos Aires, generando trabajo local", explicó.
Y aseguró que "lo cierto es que nada se garantiza con la ley si no se exige además una militancia de la propia ciudadanía para reclamar, por ejemplo, que ustedes se enteren por medios de Bahía lo que pasa en la ciudad y no por los aportes que puede hacer un medio nacional cuando pasa algo que en general tiene que ver con la inseguridad o con algún problema y nunca con algo bueno".
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Para Marino, "en la actualidad el periodismo tiene una disputa interesante, está atravesando una discusión acerca de si es un oficio o una profesión y esto impone una discusión a posteriori que es si solo los periodistas profesionales pueden acceder a los medios o si eso afecta la libertad de expresión. Es una discusión que todavía no está saldada".
"Además de eso, hoy la figura del periodista y su acción dentro de los medios ha sido reducida a ser un engranaje más del sistema o como primeras espadas de las empresas. Me refiero claramente a los medios privados comerciales, donde por ejemplo la desaparición de las firmas está generando la ausencia de la figura del periodista salvo 'las grandes firmas', sobre todo en los medios gráficos, por ejemplo Morales Solá por un lado y Mario Wainfeld por otro, lo mismo podemos trasladar a los audiovisuales".
Es en esta escena social donde los medios privados, comerciales y concentrados son el centro de la sociedad mediatizada donde se juega el derecho de la libertad de expresión e información.
El columnista afirmó que para adentro de los medios, las mejoras que esta ley en este marco le generaría a los periodistas sería la tendencia a regular la actividad "desde un aspecto clave que al evitar la concentración se limitaría la posibilidad de que el periodista sea contratado por una empresa y funcionando en varios medios, se tienda a cierta precarización. Tal vez no en las condiciones laborales, pueden tener un contrato o relación de dependencia, pero sí sus producciones son usadas en distintas plataformas, entonces pierde la independencia de que aquello que escribe o que produce para un audiovisual sea usado para distintos medios".
"La ley busca generar condiciones que optimicen el accionar del periodista, por ejemplo con los límites de producción propia que le impondría a cada medio. Conocemos que no van a poder exitir estas transmiciones en red que ustedes en Bahía ven cotidianamente con sus canales de televisión abierta retransmitiendo el total de la programación de la ciudad de Buenos Aires, generando trabajo local", explicó.
Y aseguró que "lo cierto es que nada se garantiza con la ley si no se exige además una militancia de la propia ciudadanía para reclamar, por ejemplo, que ustedes se enteren por medios de Bahía lo que pasa en la ciudad y no por los aportes que puede hacer un medio nacional cuando pasa algo que en general tiene que ver con la inseguridad o con algún problema y nunca con algo bueno".
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