Brian Fernández y Miltol Esquivel son dos de los y las participantes del "Voluntariado Revista Barrial" organizado en forma conjunta por la Universidad Nacional del Sur y la Subsecretaria de Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad de Bahía Blanca.
El año pasado nos mostraron las "Imágenes de Miramar" donde reflejaban la vida cotidiana y la situación actual de la otrora estigmatizada "Villa". Esta vez, se acercaron a FM De la Calle a presentarnos junto al coordinador del proyecto, Cristian Toldo, el primer número de la revista de los adolescentes de Villa Miramar "Manzana que no".
Escuchálos AQUÍ
Señoritas
Nota publicada en "Manzana que no" N°1
Firmada por "Ellas" (12 y 14 años)
Eran las 8 de la noche. Me dolía la panza y no sabía qué me pasaba. Hable con mi mamá y me dijo que era normal tener estos dolores y que me había hecho señorita. Se fue a hacerme la comida.
Lo demás me lo explicaría mi hermana, pero nunca lo hizo. Me fui enterando de todo por unas charlas que dieron en el barrio.
Ahora sé que no siempre voy a sentir lo mismo porque mi cuerpo se está acomodando, y cuando seamos más grandes podremos tener hijos.
Yo no soy la misma de antes, mi cuerpo cambió, no tengo ganas de jugar a la soga y prefiero escuchar música o salir con mis amigas.
Antes saltaba, jugaba a la rayuela y ahora ya no me gusta. Ahora miro chicos y presto mucha atención a lo que me pongo y me preocupo de que todo combine.
El año pasado nos mostraron las "Imágenes de Miramar" donde reflejaban la vida cotidiana y la situación actual de la otrora estigmatizada "Villa". Esta vez, se acercaron a FM De la Calle a presentarnos junto al coordinador del proyecto, Cristian Toldo, el primer número de la revista de los adolescentes de Villa Miramar "Manzana que no".
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Señoritas
Nota publicada en "Manzana que no" N°1
Firmada por "Ellas" (12 y 14 años)
Eran las 8 de la noche. Me dolía la panza y no sabía qué me pasaba. Hable con mi mamá y me dijo que era normal tener estos dolores y que me había hecho señorita. Se fue a hacerme la comida.
Lo demás me lo explicaría mi hermana, pero nunca lo hizo. Me fui enterando de todo por unas charlas que dieron en el barrio.
Ahora sé que no siempre voy a sentir lo mismo porque mi cuerpo se está acomodando, y cuando seamos más grandes podremos tener hijos.
Yo no soy la misma de antes, mi cuerpo cambió, no tengo ganas de jugar a la soga y prefiero escuchar música o salir con mis amigas.
Antes saltaba, jugaba a la rayuela y ahora ya no me gusta. Ahora miro chicos y presto mucha atención a lo que me pongo y me preocupo de que todo combine.
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