sábado, 17 de abril de 2010

Derechos humanos incómodos

Fue un 24 de marzo particular este del 2010. En la Capital Federal el histórico lugar y momento de homenaje a las víctimas del genocidio y repudio a sus ejecutores y cómplices de ayer y hoy fue ocupado por un acto convocado por el gobierno nacional que olvidó a los desaparecidos de la democracia (Julio López y Luciano Arruga) y dividió las aguas en los movimientos que habitualmente confluían de manera unificada en estas actividades.
Fueron tres las columnas que, a pesar de las diferencias que plantea la actual coyuntura, dejaron bien en claro que cada vez se suman miles y miles al pedido de Juicio y Castigo.
El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel denunció en Enredados que "el gobierno quiso apropiarse de la política de derechos humanos, cuando tiene que respetarlos y hacerlos respetar (...) Se privilegió a algunos organismos sobre otros y además aparecemos en una convocatoria en la cual ni siquiera fuimos consultados".
A partir de allí, la mirada del titular del Servicio de Paz y Justicia, sobre el acotamiento de las políticas de derechos humanos gubernamentales que se circunscriben a lo sucedido entre 1976 y 1983, cuando el terrorismo de Estado y las delitos de lesa humanidad comenzaron en 1974 con la Triple A y hoy bajo otras formas y realidades son vulnerados los derechos humanos de miles de argentinos y argentinas.
Además, Pérez Esquivel se refiere a la propuesta del escritor argentino radicado en México Marcelo Fabián Monges para penalizar en el orden jurídico internacional los golpes de estado (Ver más).
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Opinión de Alfredo Grande: Los derechos humanos son míos, míos, míos

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