Daniela Pacchetti es diseñadora gráfica (UBA), vive en nuestra ciudad y mostró días atrás en una nota de opinión su descontento y preocupación por el "rediseño" de zonas clave y el avasallamiento que provoca el PROgreso del gobierno de Cristian Breitenstein sobre estructuras y lugares históricos y/o públicos.
Algunos párrafos de la nota "Diseñar, rediseñar y amar" de Pacchetti sostienen que "cuando hay necesidad de rediseñar, es porque existen fallas estructurales, orgánicas; porque el diseño ya no puede cumplir la función que le dio origen".
"¿Se puede hablar de rediseño, cuando las obras destruyen lo mejor de nuestro patrimonio para emplazar en un único solar montones de unidades habitacionales sin ninguna planificación en cuanto a los suministros de agua (notorio por su escasez y falta de estructura; es decir, planificación o, lo que es lo mismo, diseño), desagües, electricidad o la luz solar que le corresponde (por ley nacional y provincial) a las casas vecinas, sobre las que caen los escombros (mortales) de una construcción realizada en forma precaria, frente a la falta de atención de tantas necesidades de la que nuestra ciudad carece?
"¿Puede hablarse de rediseño en una ciudad donde el cementerio tiene un precario acceso de tierra y es común ver a las personas mayores caerse de bruces, porque ni siquiera tiene veredas transitables? ¿Lo que "no se ve" no importa?
"Me preocupa seriamente que quienes se arrogan el derecho de disponer de nuestros bienes patrimoniales y espacios urbanos sean los mismos que, por dar un ejemplo, construyeron el nuevo tramo peatonal de calle Drago, desde avenida Colón hasta O'Higgins, generando un espacio falto de toda comodidad y belleza, frío, disarmónico (basta con sentarse un momento en los -a esta altura, además de inadecuados, mugrientos- bancos sin respaldo).
"O quienes removieron, sin necesidad alguna, los bancos de piedra originales de la plaza Rivadavia, reemplazándolos por otros de materiales costosos, como la madera y el acero, y emplazándolos de manera que las piernas de quienes se sientan quedan sobre la senda de circulación, y que ni siquiera guardan relación estética o funcional con el estilo y el trazado, gastando absurda y graciosamente nuestro dinero, necesario para resolver problemas mucho más urgentes y sí, en tal caso, estructurales".
"Mal diseño y falta de amor van de la mano con la pérdida de nuestra identidad cultural y el desprecio por el pasado, por nuestros ancestros, por lo que hemos logrado hasta ahora".
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