¿Cómo hablan los medios sobre los chicos acusados de delitos? ¿Con qué palabras? ¿Con qué fuentes? ¿Con qué enfoque? Esas preguntas fueron respondidas con la presentación del informe “El encierro mediático”, realizado por el Capítulo Infancia de Periodismo Social.
El informe, que forma parte de la serie “Niñez y adolescencia en la prensa argentina”, que se edita anualmente desde el año 2005, es un detallado análisis de lo que publicaron el año pasado 22 diarios de todo el país sobre los chicos en conflicto con la ley penal. El informe en pdf
Algunos datos que se presentaron: el 65% de las notas sobre chicos acusados de delitos contiene términos peyorativos, como “rateros”, “hampones”, “delincuentes” y “pibes chorros”. Además, el 25 % de esas notas fueron construidas sin citar fuente alguna y esto tiene una consecuencia muy clara en la cobertura: la ausencia de fuentes citadas contribuye a la circulación de mitos en las noticias: uno de ellos es la idea difundida de que “cada vez más chicos cometen delitos”, una afirmación que los diarios publicaron repetidamente el año pasado pero que no se sustenta en ningún estudio ni estadística seria y que, incluso, puede ser rebatida por los datos oficiales, que indican que los delitos entre chicos menores de 16 años bajaron en los últimos tiempos. Por otro lado, sólo el 8 % de las noticias hicieron mención al aspecto preventivo a la hora de hablar de los chicos acusados de delitos.
El informe también repasa otros temas que quedan afuera de la cobertura, como pobreza, discapacidad y drogadicción, y revela que el tema más tratado por los medios a la hora de hablar de infancia es Educación, que por primera vez desde que se hace este informe superó en cantidad de menciones a Violencia, que esta vez quedó en segundo lugar.
Además de la presentación del informe, se realizó la mesa redonda “Represión o prevención: la justicia juvenil en la encrucijada”, con la participación de Eugenio Zaffaroni, ministro de la Corte Suprema de Justicia, Gimol Pinto, experta en derechos de UNICEF, y Andrea Varela, del Observatorio de Comunicación, Juventud y Medios de la Universidad Nacional de La Plata.
Zaffaroni pidió claridad cuando de habla de imputabilidad de los jóvenes: “no tiene que ver con la edad” –aseguró- “sino que se debe evaluar en cada caso”. Y bregó para que los medios utilicen adecuadamente este término. También se mostró partidario de que la edad de procesabilidad de los adolescentes se diferencie en dos franjas etarias: de 14 a 16 años, y de 16 a 18 años.
“Bajar la edad de procesabilidad para dar garantías, y garantizar los procesos, porque la legislación actual permite encerrar a un chico con problemas de conducta, lo que es una barbaridad. Así, esta ley es stalinista”. Además, consideró necesario brindar a los jueces distintas opciones en el tratamiento de delitos de menores “para que el último recurso sea la privación de la libertad” y consideró que “cuando el discurso que se escucha se basa en la imputabilidad debemos tener en cuenta que es una teoría que baja de sectores reaccionarios, copiando el modelo de Estados Unidos, basada en el miedo, y sobre eso también se montan los medios de comunicación. La seguridad o inseguridad depende de la construcción de la realidad mediática. Las estadísticas dicen que la primera causa de muertes violentas son producto de los accidentes de tránsito, le siguen el suicidio, los homicidios intrafamiliares o entre conocidos y en cuarto lugar recién está la posibilidad de que alguien te ataque en la calle”.
Por su parte, Pinto habló de aspectos del sistema penal juvenil que deben adecuarse a la Constitución Nacional y a la Convención de los Derechos del Niño.
En tanto Varela, analizó el discurso mediático relacionado con menores infractores con la ley, y cómo se relacionan las y los jóvenes con las coberturas mediáticas del tema.
También estuvo presente Gabriel Lerner, Titular de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Sennaf), quien aseguró que “este informe es una ayuda más para el trabajo que realizamos y me parece un insumo muy interesante para sumar al debate de una nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales”.
El informe, que forma parte de la serie “Niñez y adolescencia en la prensa argentina”, que se edita anualmente desde el año 2005, es un detallado análisis de lo que publicaron el año pasado 22 diarios de todo el país sobre los chicos en conflicto con la ley penal. El informe en pdf
Algunos datos que se presentaron: el 65% de las notas sobre chicos acusados de delitos contiene términos peyorativos, como “rateros”, “hampones”, “delincuentes” y “pibes chorros”. Además, el 25 % de esas notas fueron construidas sin citar fuente alguna y esto tiene una consecuencia muy clara en la cobertura: la ausencia de fuentes citadas contribuye a la circulación de mitos en las noticias: uno de ellos es la idea difundida de que “cada vez más chicos cometen delitos”, una afirmación que los diarios publicaron repetidamente el año pasado pero que no se sustenta en ningún estudio ni estadística seria y que, incluso, puede ser rebatida por los datos oficiales, que indican que los delitos entre chicos menores de 16 años bajaron en los últimos tiempos. Por otro lado, sólo el 8 % de las noticias hicieron mención al aspecto preventivo a la hora de hablar de los chicos acusados de delitos.
El informe también repasa otros temas que quedan afuera de la cobertura, como pobreza, discapacidad y drogadicción, y revela que el tema más tratado por los medios a la hora de hablar de infancia es Educación, que por primera vez desde que se hace este informe superó en cantidad de menciones a Violencia, que esta vez quedó en segundo lugar.
Además de la presentación del informe, se realizó la mesa redonda “Represión o prevención: la justicia juvenil en la encrucijada”, con la participación de Eugenio Zaffaroni, ministro de la Corte Suprema de Justicia, Gimol Pinto, experta en derechos de UNICEF, y Andrea Varela, del Observatorio de Comunicación, Juventud y Medios de la Universidad Nacional de La Plata.
Zaffaroni pidió claridad cuando de habla de imputabilidad de los jóvenes: “no tiene que ver con la edad” –aseguró- “sino que se debe evaluar en cada caso”. Y bregó para que los medios utilicen adecuadamente este término. También se mostró partidario de que la edad de procesabilidad de los adolescentes se diferencie en dos franjas etarias: de 14 a 16 años, y de 16 a 18 años.
“Bajar la edad de procesabilidad para dar garantías, y garantizar los procesos, porque la legislación actual permite encerrar a un chico con problemas de conducta, lo que es una barbaridad. Así, esta ley es stalinista”. Además, consideró necesario brindar a los jueces distintas opciones en el tratamiento de delitos de menores “para que el último recurso sea la privación de la libertad” y consideró que “cuando el discurso que se escucha se basa en la imputabilidad debemos tener en cuenta que es una teoría que baja de sectores reaccionarios, copiando el modelo de Estados Unidos, basada en el miedo, y sobre eso también se montan los medios de comunicación. La seguridad o inseguridad depende de la construcción de la realidad mediática. Las estadísticas dicen que la primera causa de muertes violentas son producto de los accidentes de tránsito, le siguen el suicidio, los homicidios intrafamiliares o entre conocidos y en cuarto lugar recién está la posibilidad de que alguien te ataque en la calle”.
Por su parte, Pinto habló de aspectos del sistema penal juvenil que deben adecuarse a la Constitución Nacional y a la Convención de los Derechos del Niño.
En tanto Varela, analizó el discurso mediático relacionado con menores infractores con la ley, y cómo se relacionan las y los jóvenes con las coberturas mediáticas del tema.
También estuvo presente Gabriel Lerner, Titular de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Sennaf), quien aseguró que “este informe es una ayuda más para el trabajo que realizamos y me parece un insumo muy interesante para sumar al debate de una nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales”.
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