El 22 de octubre ADUNS reenvió un comunicado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos referido a la presentación del libro "Aprendiendo a Defender" de María del Camen Valdunciel organizada por la Editorial universitaria, manifestaba su apoyo a lo allí dicho e informaba de la suspención de la actividad que se iba a desarrollar en la Casa de la Cultura: "sin mencionar causa".
"La Universidad Nacional del Sur, fiel a su práctica de contradicciones, oportunismos y complicidades, producto de una permanente política de olvido y de negación de la historia que la involucró en los días de la represión genocida, vuelve a repetirse en su conducta", decía el texto firmado por Eduardo Hidalgo y calificaba a la ex defensora oficial federal Valdunciel de Moroni como "participe activa y convencida desde lo ideológico en la defensa de los genocidas en los tribunales locales".
Además, cuestionaba a la gestión del rector Guillermo Crapiste que "en su supuesta visión amplia de un ámbito universitario han recorrido un largo sendero de faltas éticas. Desde recibir dinero de empresas que contaminan; a intentar otorgar reconocimientos a profesores como Manoliú responsable de delación o al Dr. Boland quien tomó medidas de persecusión a profesores por entonces. Que el abogado Sierra, ex secretario del prófugo juez genocida Madueño, dicte clases en la carrera de Derecho y comprometerse y no cumplir con ser querellante en la causa Triple A por el crímen del estudiante Watu Cilleruelo en 1975 en sus propios pasillos. Otorgando especulativamente el honoris causa al juez Baltasar Grazon y a Osvaldo Bayer; hasta llegar a esta circunstancia verdaderamente repudiable".
Cuatro días después, el propio Crapiste se defendía en Enredados manifestando que "tenemos una política completa en materia de derechos humanos pero también de respeto a las normas institucionales y de los derechos de las personas".
También deslindó responsabilidades de la administración central de la Universidad en la política editorial de la EdiUns: "cuando hay una propuesta de un libro de personas que no tienen una relación directa, que no son docentes de la UNS hay un comité editorial donde hay representantes de todas las unidades académicas donde se decide la pertinencia y la calidad de la publicación".
"Nos enteramos de los eventuales antecedentes de esta persona porque se lo plantea en el Consejo Superior Universitario... no vamos a implementar una política de investigación de los antecedentes de cada una de las... (ediciones o autoras)", afirmó Crapiste a quien recomendamos humildemente leer ESTA NOTA de Diego Martínez.
Hoy el rector sumó a sus declaraciones periodísticas, sus excusas formales mediante una carta dirigida al titular de ADUNS, Sergio Zaninelli, donde considera "necesario superar la asociación directa que se hace al hablar sobre los derechos humanos al tema de las dictaduras, la represión o la persecución ideológica".
"Esto no significa dejar de lado justas reclamaciones de reparo, reconocimiento y justicia, como en el caso de Watu Cilleruelo, sino adoptar también una óptica más abarcadora. Es necesario, en rigor a la verdad y a todos los derechos que queremos honrar, que la discusión contemple los derechos elementales a la educación, la salud o la justicia y otras cuestiones como los derechos de género, de la niñez y la infancia, el arte y la cultura, el pensamiento y la expresión libres o la protección del medio ambiente. Es decir una visión integral que incluya todas las acciones que hacen, por decirlo de alguna manera, a los seres más humanos".
Guillermo Crapiste (26/10/2009) Descargar mp3
"La Universidad Nacional del Sur, fiel a su práctica de contradicciones, oportunismos y complicidades, producto de una permanente política de olvido y de negación de la historia que la involucró en los días de la represión genocida, vuelve a repetirse en su conducta", decía el texto firmado por Eduardo Hidalgo y calificaba a la ex defensora oficial federal Valdunciel de Moroni como "participe activa y convencida desde lo ideológico en la defensa de los genocidas en los tribunales locales".
Además, cuestionaba a la gestión del rector Guillermo Crapiste que "en su supuesta visión amplia de un ámbito universitario han recorrido un largo sendero de faltas éticas. Desde recibir dinero de empresas que contaminan; a intentar otorgar reconocimientos a profesores como Manoliú responsable de delación o al Dr. Boland quien tomó medidas de persecusión a profesores por entonces. Que el abogado Sierra, ex secretario del prófugo juez genocida Madueño, dicte clases en la carrera de Derecho y comprometerse y no cumplir con ser querellante en la causa Triple A por el crímen del estudiante Watu Cilleruelo en 1975 en sus propios pasillos. Otorgando especulativamente el honoris causa al juez Baltasar Grazon y a Osvaldo Bayer; hasta llegar a esta circunstancia verdaderamente repudiable".
Cuatro días después, el propio Crapiste se defendía en Enredados manifestando que "tenemos una política completa en materia de derechos humanos pero también de respeto a las normas institucionales y de los derechos de las personas".
También deslindó responsabilidades de la administración central de la Universidad en la política editorial de la EdiUns: "cuando hay una propuesta de un libro de personas que no tienen una relación directa, que no son docentes de la UNS hay un comité editorial donde hay representantes de todas las unidades académicas donde se decide la pertinencia y la calidad de la publicación".
"Nos enteramos de los eventuales antecedentes de esta persona porque se lo plantea en el Consejo Superior Universitario... no vamos a implementar una política de investigación de los antecedentes de cada una de las... (ediciones o autoras)", afirmó Crapiste a quien recomendamos humildemente leer ESTA NOTA de Diego Martínez.
Hoy el rector sumó a sus declaraciones periodísticas, sus excusas formales mediante una carta dirigida al titular de ADUNS, Sergio Zaninelli, donde considera "necesario superar la asociación directa que se hace al hablar sobre los derechos humanos al tema de las dictaduras, la represión o la persecución ideológica".
"Esto no significa dejar de lado justas reclamaciones de reparo, reconocimiento y justicia, como en el caso de Watu Cilleruelo, sino adoptar también una óptica más abarcadora. Es necesario, en rigor a la verdad y a todos los derechos que queremos honrar, que la discusión contemple los derechos elementales a la educación, la salud o la justicia y otras cuestiones como los derechos de género, de la niñez y la infancia, el arte y la cultura, el pensamiento y la expresión libres o la protección del medio ambiente. Es decir una visión integral que incluya todas las acciones que hacen, por decirlo de alguna manera, a los seres más humanos".
Guillermo Crapiste (26/10/2009) Descargar mp3
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